FORMAS Y TRANSPARENCIAS
José Marchi
Curadora Mercedes Casanegra
Del 09.06 al 14.07
FORMAS Y TRANSPARENCIAS
La obra de José Marchi es conocida desde años atrás en Buenos Aires, su ciudad, como también lo ha sido en alguna ciudad de Estados Unidos, entre otros. En el largo transcurso de su trabajo el artista demostró una habilidad superior en el desarrollo de una figuración poblada de personajes propios de una identidad cuya proveniencia aún hoy no resulta fácil de descubrir. En aquella una relación con tiempos pasados o al menos no pertenecientes a nuestro presente histórico parecía ofrecer un rumbo que conducía a la exégesis de su producción. Es posible que se tratara de seres que pretendían vivir su propia realidad subjetiva sin una necesaria preocupación por los hechos mas concretos del aquí y ahora en los cuales ellos estarían inmersos. Se entiende que la referencia proviene de una ficción. Tal vez, podría haberse tratado de referencias a hechos reales.
Hoy el artista se encuentra en una situación dual. Por un lado, la presencia de algunos de sus personajes de otrora continúa vigente ya que él ha formulado un tipo de continuidad en torno a aquel ambiente y a sus habitantes. Es más, estos seres, de algún modo, reciben a los visitantes a la exposición.
Lo mencionado hasta aquí es el tema, el argumento actual de sus obras gira en gran parte hoy en torno a un particular tipo de abstracción, y da la sensación, en especial, para quienes conocemos los distintos momentos del trabajo de Marchi, tal como si ese viraje hubiera sido provocado por una imperiosa necesidad interior del artista. Tal vez, esto se plantea como una pregunta retórica que no exige una respuesta inmediata o, tal vez, quede formulada como incógnita, tanto para el artista como para los espectadores.
Se puede aludir a un hipotético efecto sorpresa que podría manifestarse en los espectadores y en los visitantes de esta exposición. Su temática actual, de manera casi opuesta a la modalidad de trabajo y temáticas desarrolladas en los largos años de trabajo anteriores, se trata de una sutil y a la vez compleja modalidad de abstracción.
Por último, no se puede dejar de mencionar la elección del tipo de abstracción. Algunas de las obras de este conjunto son de gran tamaño y otras, la mayoría, son más pequeñas.
De cualquier modo, se vuelve inevitable una alusión a asociarlos con paisajes, con expresiones de la naturaleza, o tipos diversos de hábitat de los seres humanos sobre la Tierra. Y, esto lo observamos como innegable. Sin embargo, es allí dónde yace el secreto de cierto misterio que sobrevuela las obras. La Tierra tiene territorios inhabitados, pero en general en cualquier latitud retrata de un planeta habitado. Podría también formularse la hipótesis de que pertenezcan a otro planeta. Estas referencias conducen a ciertas alusiones de parentesco con el clima de obras históricas románticas como algunas de Caspar D. Friedrich como El caminante por encima de un mar de nubes, 1818.
La actitud del artista al emprender este conjunto de obras fue la de crear un conjunto de pinturas sin una identidad precisa. Es posible que aquel automatismo tan utilizado en la primera mitad del siglo XX por los artistas surrealistas haya tenido como una de sus cualidades primordiales sorprender al artista al dejarse llevar por aquella condición que, sin dudas posee una cualidad no sólo creadora, sino también nos acerca, como seres humanos a leer nuestro hábitat desde otros puntos de vista.
Mercedes Casanegra, junio 2022