¿Qué acontecimientos nos llevaron a conectar con ciertos materiales y no con otros? ¿Quiénes nos guiaron en esta travesía de exploración y autodescubrimiento? La experiencia subjetiva de la realidad se entrelaza con nuestro sistema de referencias, donde algunos nombres históricos y la familia actúan como pilares. En el caso de Ana y Sabina, la particular relación de cada una con los materiales de sus obras se ha visto mediada por la relación con sus abuelas. Ellas y sus historias transmitidas oralmente instauran rituales de compañía, amor y contención. Unir, mezclar, cortar, reutilizar, repensar, resignificar, recomponer, remendar y pintar; son acciones cotidianas que a través del tiempo se convirtieron en una forma de expresión.

Vemos en los trabajos de ambas artistas un homenaje, traer al presente esa memoria que trasciende. Son sus abuelas las maestras de la forma, el proceso y la metodología. En la producción de sus obras, tanto Ana como Sabina repiten acciones que fueron aprendidas en la cotidianidad de los encuentros con ellas. Cuando no había otras distracciones se pasaba el rato pintando los muebles, capa tras capa, conversando, tejiendo, puntada tras puntada, ambas, de manera singular abrazaron en su proceso un material que hoy es el centro de su producción y reflexión artística. 

Ana, por medio de la pintura repite la misma acción una y otra vez, interviene objetos cotidianos usando materiales sintéticos, capa tras capa como le transmitió su abuela. De repente, luego de años de pasar por diferentes experimentaciones se percata que su método no es más ni menos que el mismo que realizaba con las sillas del jardín junto a ella. Una acción cotidiana, una actividad para pasar el rato que terminó siendo determinante en su proceso creativo actual. En el caso de Sabina, viajar a visitar a las abuelas implicaba un desplazamiento, trayectos en los que se podía observar el paisaje y la contención del mismo mediante hilos casi invisibles. De fondo, las charlas de sus abuelas transmitían muchas de esas ideas que hoy son centrales en su forma de percibir los materiales y la vida misma.

Durante estos meses de trabajo junto a ambas artistas atravesamos capas, exploramos texturas y colores. Tejer y destejer, coser y descoser, pintar todo de nuevo, una capa sobre otra, todos estos rituales arraigados que se sitúan al fondo del corazón y que con el tiempo fueron determinantes en los procesos  de cada una. En este entrelazamiento de pasado y presente, de memorias y materiales, ambas trascendieron el hecho de percibir, forjaron la base de cómo cada una se relaciona con el mundo material.

La aproximación al textil de Sabina, compuesta por tramas y remanentes, dialoga con las texturas que emergen de las múltiples capas de la pintura de Ana, es este un abrazo de materialidades, ya no solo por la aproximación de cada una sino por los elementos encontrados en esa búsqueda. La cotidianidad compartida, la amistad, el ejercicio de explorar en las propias vivencias y el goce del proceso son los hilos invisibles que sostienen el sentido de esta muestra.

Complicidad y búsqueda de equilibrio.

Lina Angel

Buenos Aires, Septiembre de 2023